El niño de oro

La tarde era magnífica, Montjuïc bailaba y cantaba con alegría en las carpas situadas alrededor del estadio, pero lo que nadie saba era lo que iba a suceder en el partido. Más de 49.000 pericos habían subido a Montjuïc para ver al equipo ganar y mantenerse en la primera división. Los minutos transcurrían y el gol no llegaba, pero nadie se preocupava porque en Vitoria todo estaba igual, empate a cero.

Pese a todo esto, el pesimismo se instaló en Montjuïc cuando Bodipo en vitoria marcaba el gol que mantenía al Alavés en primera y el Espanyol se veía hundido en la segunda división. Transcurría los minutos y el equipo no marcaba, pero cuando todo el público se veía en segundo y el árbitro dispuesto a pitar el final, Coro, el de la copa, el revulsivo marcó para dejar al equipo en primera. El cuestionado Coro "el niño de oro" volvió a meter un gol importantísimo incluso más que el de la copa para salvar al equipo de la segunda. Los 49.000 personas explotaron de júbilo y todo Montjuïc fue una fiesta rodeada de lágrimas.