El testamento de Lotina

Miguel Angel Lotina ha cerrado su etapa en el Espanyol. Dos temporadas donde los resultados deportivos han sido positivos.

¿Cuál es su estado de ánimo?

Estoy tranquilo. Han sido dos años muy fructíferos, tanto a nivel deportivo como personal. Y estoy contento de haber cumplido mi época. Me voy con el deber cumplido.

¿Por qué decidió poner fin a su etapa en el Espanyol?

No hay un único motivo concreto. Fueron sensaciones. De hecho, soy una persona de sensaciones. Si me gusta el nombre de un equipo, enseguida digo que sí aunque se diga que tiene muchos problemas. En cambio, si no me gusta el nombre, aunque me hablen muy bien del mismo, no me voy allí. Por una serie de detalles pequeños pensé que era la hora de irse.

¿Se quitó un peso de encima con la salvación?

Sí. Hubiera sido demasiado traumático no dejar el equipo en Primera. Lo cogí tras unos años con problemas y durante dos años seguidos se ha clasificado para la UEFA, ha ganado una Copa… Independientemente de lo demás, un club como el Espanyol firmaría lograr eso siempre. Por el trato que he recibido el descenso me hubiera hecho daño personal.

¿Hubiera reconsiderado su decisión en el caso de que el equipo no se hubiera salvado?

La decisión estaba tomada, no pensaba en la posibilidad del descenso. Pero si llega a ocurrir y el club me hubiera pedido que me quedase, habría seguido.Desde fuera parece un club difícil, porque todo el mundo opina…Sí, es un club difícil. Creo que es un gran club por la cantidad de socios, por la gente que es capaz de reunir en un partido decisivo o por los 27.000 aficionados que fueron a la final. Pero a la vez es difícil. No sé si opinan demasiados, pero sí creo que hay demasiadas interferencias vía prensa. Al principio leía ‘según fuentes’ y pensaba que era la prensa, pero al final me he dado cuenta de que esas fuentes existen. Ese es el primer problema que debe solucionar. Hablar dos o tres y los demás opinar en el Consejo de Administración o en la Junta de Accionistas. Eso perjudica mucho al Espanyol. Seguramente piensen que es lo mejor, pero así no quieren mucho al Espanyol. Hacen daño a los jugadores, a la secretaría técnica, a los técnicos...

¿Qué faltó para que su experiencia fuera redonda?

Seguramente no ver algunas cosas que vi al final, muy al final. Es lo único. Lo demás a nivel deportivo fue redondo. El primer año resultó casi perfecto y del segundo también estoy satisfecho. Prefiero esa situación y ganar la Copa que no acabar la Liga en la sexta o la séptima posición. La Copa del Rey tiene mucha importancia.

¿Se arrepiente de algo?

No. Las experiencias te hacen madurar y mejorar. Seguro que a partir de ahora seré mejor entrenador porque no cometeré los mismos errores que he cometido, y no me refiero a las alineaciones o los cambios.

¿De qué está más orgulloso?

Del día que la afición me salvó en el partido ante el Athletic, y también de la gente de la cantera, que en dos años han madurado y han mejorado mucho. Me siento satisfecho por mi parte de responsabilidad, que no es toda.

¿Valverde tendrá difícil igualar lo que usted ha logrado?

No lo sé. Sólo puedo decir que la gente debe ayudar. Todos tienen que estar a la altura de la afición. No es algo difícil de pedir.

¿Se sintió traicionado en diciembre cuando el club tocó a otros entrenadores?

No, pero creía que tenía más de crédito. Me di cuenta de que en los momentos difíciles es cuando uno se conoce a todos los niveles y conoce a los demás. Eso sirvió para convencerme a mí y a mi gente.

¿Qué se lleva del Espanyol?

Me llevo mucho. Una Copa, 27.000 aficionados emocionados en el Bernabéu, una afición que me salvó una tarde, y unas relaciones personales excelentes con mis ayudantes, con los médicos, los fisios, gente del club… Y he conocido gente muy interesante, al presidente, a consejeros.

¿Y qué ha dejado en el club?

Es algo que debe decir la gente. No dejo enemigos, porque yo no tengo a nadie que pueda serlo de mí.

SPORT, "no me apasiona el diario pero por una entevista que ponen medio en condiciones."